Hace unos meses viajamos a un pueblo encantador de la ciudad de Bilbao, concretamente Bermeo para realizar la postboda de Olga e Iñaki. Un precioso pueblo del norte en el que Iñaki creció de niño jugando por sus calles. Calles por las que ahora, años más tarde, Olga y él pasean de la mano, pues es en en este pintoresco pueblo bañado por el cantábrico donde han decidido compartir su nueva vida de casados.
Cuando Sara me comentó que quería una preboda diferente y divertida se me vino a la cabeza un tipo de sesión mucho más alocada de lo usual, aunque por supuesto, también hubo tiempo para que nos mostraran el amor y la complicidad que existen entre ellos.
Lo que es el destino… quien me iba a decir a mí, hace ya algunos años cuando conocí a Rocío en un viaje muy aventurero que terminaría contando su boda. La vida da muchas vueltas, y esta vuelta ME ENCANTA.